Comienzo
Mi amor por los animales, nació a la misma vez que lo hacía yo.
Cuando me llevaron a casa, ya había u perro en ella y desde entonces viene mi pasión por ellos.
Desde entonces, ha pasado bastante tiempo y también varios compañeros peludos.
Cada uno de ellos me ha enseñado algo y todos me han regalado algo día a día, su amor incondicional.
De todos ellos, hay una muy especial. Se llama Leia. Es una exótica hembra de Bóxer con la que comparto vivencias. Me ha hecho tener más paciencia y comprender y entender el funcionamiento de la mente canina y que no se consiguen los comportamientos deseables por nuestras mascotas utilizando la fuerza.
Gracias a ella, me he adentrado en el mundo del adiestramiento. Pero eso, es otra historia…
Historia
Todo comenzó cuando Leia (mi perra) empezó a comportarse de una manera no deseada
Siendo un Bóxer, todo el mundo me decía que son así, nerviosos, juguetones y que tienen mucha actividad, pero veía que la situación de estaba desmadrando. Aún así, no se comportaba como los perros que había tenido.
Tiraba, ladraba a otros perros durante los paseos y me veía como eran sus saludos al acercarse a ellos.
Decidí buscar ayuda, y después de mucho buscar, encontré a la persona adecuada. A él, Jorge, le debo que me haya ayudado con ella y también le doy las gracias por dejarme adentrarme en este maravilloso mundo de la educación canina.
Gracias a Leia y su adiestrador me animé a hacer un curso que me capacitase para ayudar a personas que tengan el mismo problema que yo tuve...